En pleno siglo XVI, en una sociedad misógina, machista, desafió a la propia iglesia.
Hizo visibles a las mujeres, se enfrentó a la Inquisición, tuvo arrestos para fundar 17 conventos y 2 colegios para niñas, cuando la educación solo estaba reservada para los hombres. Puso en pie conventos pobres, criticó abiertamente a la Inquisición y al clero, denunció la desigualdad en la jerarquía eclesial.